La realidad del futuro
Mucha gente había puesto sus ojos en la cumbre del G-20, entre ellos yo. Pues nada, ha sido un fracaso total. O un éxito total, según se mire.
Fracaso porque ha evidenciado que la división entre los países occidentales es de tal calibre que ya nada será igual para ellos. Hasta ahora se resistían a reconocer la realidad, que no es otra que su protagonismo y hegemonía está desapareciendo a un ritmo cada vez más rápido. Ahora ya no pueden ocultar que el futuro va a ser muy penoso para ellos.
Éxito porque ha dejado en claro que hay un nuevo equilibrio de poder en el mundo y ese equilibrio está decantándose cada vez mas rápido hacia Eurasia como concepto geopolítico y hacia China y Rusia como entidades reales.
En forma muy resumida:
- El G-20 son eso, veinte países que se reúnen y pretenden tener legitimidad para hablar en nombre de los 200 países que conforman los pueblos de la Tierra. Se supone que esos veinte países aglutinan el 85% del Producto Interior Bruto mundial, por lo que son los que pintan, pinchan y cortan. Eso, que era así hasta septiembre del año pasado, como se evidenció en la cumbre que se celebró en Hanzhou (China), ahora ya no lo es. Ahora el G-20 son tres G: Occidente (EEUU, Canadá, Europa, Japón), los BRICS y quienes fluctúan entre ambos aunque se decantan cada vez con mayor nitidez por unos o por otros, como pueden ser Turquía, Arabia Saudita o incluso Corea del Sur.
- El G-20 quería ser el adalid del libre comercio y precisamente los desacuerdos más sustanciales se han producido en torno a eso. La Organización Mundial del Comercio ya no es el sancta sanctorum que rige el mundo. Si Europa y EEUU han estado enredando con la OMC en contra de China (que si no es una economía de libre comercio y cosas así) ahora ya no podrán hacerlo porque lo que ha quedado en claro en esta reunión es que la OMC ya no es la biblia del neoliberalismo: ahora es interpretable. China gana por goleada porque EEUU ha utilizado su discurso para defender las posturas proteccionistas de Trump y ha impuesto que sí, que hay que mantener los mercados abiertos y reconocer el papel de la OMC pero que cada país puede "utilizar, si es necesario, instrumentos legítimos de defensa comercial" (sic).
- Visto por donde iban las cosas, los diversos grupitos del G-20 se han dividido, a su vez, aunque quien más divisiones ha tenido ha sido Occidente. Y dentro de Occidente, Europa. Y dentro de Europa, Alemania. Porque Alemania era el país anfitrión y el que más tiene que perder con lo que está pasando. Así que hemos visto a Merkel adhiriéndose con entusiasmo al proyecto chino de Nueva Ruta de la Seda; criticar a EEUU por su intento de boicotear la construcción del gasoducto Corriente del Norte 2 (directo desde Rusia a Alemania a través del mar Báltico) y reunirse con Putin para frenar la rebelión de los grandes empresarios alemanes que presionan para que se levanten las sanciones contra Rusia...
Pero no sólo.
Hemos visto a Putin en plan gran estrella acaparando todas las reuniones, siendo solicitado y requerido por todos: EEUU, Japón, Corea del Sur, Arabia Saudita, Alemania, como ya he dicho...
Hemos visto a Xi Jinping arrastrando multitudes y adhesiones a su Nueva Ruta de la Seda.
Un dato: el presidente del Corea del Sur se ha reunido con los de China y Rusia. ¿Qué pinta Rusia en todo el barullo con Corea del Norte? Pues que Rusia se está convirtiendo en el gran jugador en la sombra y en el gran mediador del futuro para llegar a un acuerdo en la península coreana.
Hemos visto la realidad del futuro, en definitiva.
Y China, que siempre ha considerado el G-20 casi como el gobierno del mundo, al mismo nivel que la ONU, como dejó patente en la cumbre del año pasado, ha decidido que ante la imposibilidad de ir de la mano con Occidente tiene que asumir el papel de vanguardia y de dirigir el mundo según sus propios valores. China defiende una "nueva globalización" y entiende por tal el fin de la hegemonía neoliberal de corte occidental puesto que ya no son los valores occidentales, ni sus instrumentos derivados de Bretton Woods (FMI y Banco Mundial), quienes dominan el mundo. Si en las vísperas de la cumbre del G-20 del año pasado China decidió abrir su propia bolsa de oro -ya operativa-, tras la de este año y habiendo visto lo que ha ocurrido ha ido algo más allá y acaba de anunciar que va a fijar su propio precio de referencia del petróleo. Aunque no hay fecha, el anuncio establece que será "seguro" a lo largo de este año 2017.
Y ahora viene lo mejor, aunque lo de antes ya es suficientemente bueno: China lo va hacer en dólares y en yuanes. Es decir, que ahora sí estamos en el principio del fin del petrodólar. Y ya han salido los de siempre a decir que eso lleva "preocupación" a los mercados.
Os recuerdo que China ya tiene su propio sistema interbancario de pagos internacionales, al igual que Rusia, por lo que los pagos se pueden hacer a través de esa vía con lo que se reduce aún más el papel de Occidente hasta casi quedar en un recuerdo histórico.
Pues si están preocupados los de siempre, o sea, Occidente, aún tienen más motivos: China también ha anunciado de forma oficial la construcción de una base naval en Djibuti (un país africano). Ya lo había hecho hace tiempo, pero ahora la diferencia es que ha partido hacia ese país el destacamento encargado de su construcción. Va a ser la primera base militar fuera del territorio de China y va a estar en una zona sensible, el golfo de Adén. Es decir, en pleno meollo de la guerra de Yemen. La razón oficial es la piratería, pero la extraoficial es romper el cerco marítimo que EEUU quiere imponer a China.
Esta reunión del G-20 ha servido para que todos rec
onozcan que se acabó el mundo unipolar, que hay varias estrellas que guían el camino y que ese camino conduce, inevitablemente, a Eurasia.
El Lince
Las tres raíces del árbol de la patria
El 30 de Junio se define como un proyecto democrático y progresista. Tiene por propósito preservar el legado teórico de Juan Bosch, expresado en sus obras de investigación política, sociológica, histórica y cultural como en su praxis política sustentada en los valores éticos, humanistas y patrióticos que por igual sustentaron Juan Pablo Duarte, Gregorio Luperón y todos aquellos dominicanos que amaron y aman esta patria quisqueyana.
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Entrevista a René Ramírez, Secretario Nacional de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación de EcuadorPor: El Telégrafo
Para el académico, 2016
“puede ser leído como el año del fin del largo siglo XX en términos
históricos”. Agrega que el Brexit, la victoria de Donald Trump en Estados
Unidos y la muerte de Fidel Castro simbólicamente marcan un parteaguas en la
correlación de fuerzas a nivel mundial, tanto política como económica.
¿Cómo se llama su nuevo
libro?
“La gran transición: en
busca de nuevos sentidos comunes”.
¿Por qué la gran
transición?
En referencia al libro
Karl Polanyi “La gran transformación”, ubico lo sucedido Ecuador en esta década
en el marco de la disputa política, en el marco de los antecedentes
neoliberales que marcaron dos décadas perdidas para el país y América Latina.
Existe un absurdo histórico de querer señalar que 10 años es suficiente para
hacer una transformación estructural, como han mencionado ciertos políticos
como María Paula Romo o Guillermo Lasso. Eso es no tener idea de la historia ni
ecuatoriana ni mundial. Aquello es imposible, más aún cuando se tuvo que
desmotar toda una institucionalidad creada para generar una sociedad
oligárquica, y luego de destruirla volver a edificar otra que busque el bien
común de las grandes mayorías. Si alguien está siendo arrastrado por la
corriente en dirección a una cascada, lo primero que tiene que hacer es re-enrumbar
el barco para que tome otra dirección. Estos diez años, han permitido
re-direccionar el barco, navegando a contracorriente de las relaciones de poder
mundial, y generar la energía social suficiente para dirigirse hacia aguas
pacíficas y poder anclar en buen puerto. Parte de la gran transición implica
haber redireccionado el barco, al mismo tiempo que se mejoraba el bienestar de
sus pasajeros.
¿Esto quiere decir que
no existe una década ganada?
Claro que existe una
década ganada; y tenemos frente a nosotros otra década por ganar, pero es
primero una década por disputar. No obstante, debemos hacer una lectura
histórica de la década ganada. Más allá de los resultados sociales, que son a
todas luces positivos (se ha reducido la pobreza, han mejorado los niveles de
consumo, de ingreso, acceso universal a educación y salud, etc.),existe una
década ganada en términos políticos justamente porque está viva la posibilidad
de seguir disputando una transformación de las estructuras sociales para
edificar un nuevo orden social: la construcción de una democracia humana
sostenible; es decir, la sociedad del buen vivir.
¿Cuáles son las
condiciones históricas que identifica en esta gran transición que viabilizan la
gran transformación?
Que haya existido un
momento destituyente/constituyente, donde la ciudadanía manifiestela necesidad
de firmar un nuevo pacto social de convivencia que genere un nuevo orden
social; que el nuevo pacto social viabilice una transformación estructural; y
que las decisiones políticas que acompañan al nuevo pacto hayan sido acciones
estructurantes que permiten configurar las condiciones de posibilidad de poder
disputar la gran transformación.
Está claro el momento
destituyente/constituyente, ¿pero el nuevo pacto social viabiliza un nuevo
orden social?
No me cabe la menor
duda. El horizonte de sentido está plasmado en el nuevo texto constitucional.
Los tránsitos para la transformación son algunos. Por ejemplo, debemos pasar:
1) del antropocentrismo al biocentrismo; 2) del colonialismo y patriarcalismo a
la sociedad pluridiversa (plurinacional e intercultural); 3) de la democracia
exclusivamente representativa (que es consustancial al capitalismo) a la
democracia humana sostenible, basada en la participación y deliberación social;
4) del capitalismo de mercado (desmercantilización social) a la economía social
y solidaria; y, 5) del Estado corporativo mercantilista al Estado soberano
popular garantizador de derechos.
Europa planteó la construcción
del Estado de Bienestar y esa ha sido la última propuesta de construcción de un
nuevo orden social (luego del fracaso de los ofrecimientos de sociedad
realizados por el bloque soviético). Ahora parece que la derecha empieza a
desmantelarlo. En este marco, el camino se basaba, entre otras aristas, en
reconocer la igualdad de los ciudadanos frente a los derechos sociales basados
en la democracia representativa. Sin lugar a dudas, las propuestas
constitucionales de Suramérica avanzan en esa dirección y los gobiernos
progresistas han avanzado rápidamente en reducción de pobreza, desigualdad y
democratización de derechos. Pero en el mundo que vivimos aquello es
insuficiente. La “nueva modernidad”, si cabe el término, pasa por la
construcción de sociedades plurinacionales. Eso plantean las Constituciones de
Ecuador y Bolivia, que sin lugar a dudas están en la vanguardia en estos
términos. Mientras esto planteamos en el Sur, en Europa la semana pasada en dos
días murieron 340 migrantes tratando de llegar a sus tierras. De hecho, en el
2016 se llegó a la cifra record de 4300 muertos en el mediterráneo con 3 veces
menos llegadas de migrantes por el mar que en el 2015. Europa ahora es sinónimo
de oscurantismo y barbarie. La igualdad tiene que convivir con la diversidad y
reconocer la diversidad de identidades que hay en el mundo. En este marco, la
vanguardia está en reconocer la ciudadanía universal y el reconocimiento de que
se puede construir Estados Plurinacionales unitarios respetando la
pluriculturalidad de identidades y de naciones que conviven en cada territorio.
En su diagnóstico del
surgimiento del fascismo a mediados del s. XX, Polanyi muestra cómo el
nacionalismo xenófobo fue una reacción contra la enorme desigualdad provocada
por el libre mercado, un mecanismo de defensa social. En nuestros días,
salvando las distancias de la analogía, parece ser que la historia se repite.
¿Y, en el ámbito
económico qué implicanlas transiciones que viabilizan la transformación?
A nivel mundial, podría
pensar que el 2016 puede ser leído como el año del fin del largo siglo XX en
términos históricos. El Brexit, la victoria de Trump y la muerte de Fidel
simbólicamente marcan un parteaguas en la correlación de fuerzas a nivel
mundial, tanto política como económica. Solo el rechazo de los tratados
transatlántico y transpacífico, y la salida de la UE de Gran Bretaña configuran
otro escenario en el panorama mundial. García Linera señala que es el fin de la
globalización. Personalmente creo que es el comienzo de otra globalización.
Ecuador debe pensarse en ese marco.
En estos 10 años se ha
podido caminar disputando el sentido de la barbarie de lo que es el capitalismo
pero obviamente dentro del capitalismo. La izquierda autista cree que era
viable hacerlo desde otro sistema. ¡Imposible! A veces siento que esta izquierda
no entiende nada de lo que significa el poder, en tanto que la derecha tiene un
gran entendimiento no solo de su significado sino también de cómo ejercerlo.
En términos resumidos
puedo señalar que en el libro planteo que en esta década se han realizado tres
acciones (a diferentes velocidades) que son indispensables para seguir
disputando una gran transformación: 1) una gran desconcentración del capital;
2) una nueva acumulación socio-ecológica originaria; 3) una gran acumulación de
capital físico. Queda pendiente buscar edificar una forma de organización
productiva en donde se redistribuya produciendo y se produzca
distribuyendo.Planteamos la construcción de una economía social de los
conocimientos construida desde una lógica colaborativa.
En estos procesos se
tiene que configurar otros sentidos comunes que rompan la hegemonía del valor
de cambio y se edifique una nueva apropiación social valórica basada en la vida
y en el valor de uso.Debemos romper con la sociedad que sabe el precio de todo,
pero conoce el valor de muy pocas cosas. La construcción y apropiación de tales
sentidos es tarea pendiente de la segunda transición que se encuentra en
disputa.
¿La izquierda que Usted
llama autista señala que los grandes ganadores son los capitalistas? ¿Qué opina
frente a tal afirmación?
La década es ganada
porque ha ganado toda la sociedad. La diferencia es que en comparación con el
período precedente a estos diez años hubo una prioridad deliberada: los pobres
y los trabajadores. En el libro demuestro que el crecimiento de estos 10 años
fue pro-pobre y pro-trabajador. La participación en el pastel (que, dicho sea
de paso, se duplicó) disminuyó 10% para los capitalistas y se distribuyó en los
trabajadores y en aquella economía denominada mixta (por ejemplo, economía
popular, cooperativas, etc.). En estos diez años se tomaron decisiones que
disputaron una desacumulación de la lógica capitalista; es decir, que pase de
manos —ya sea en stock o en flujos futuros— de los capitalistas hacia la
sociedad, ya sea directamente o indirectamente a través del Estado. Para
muestra unos botones:el resarcimiento de los dos mayores atracos sociales en la
historia del país, con la auditoría de la deuda externa y el cobro del
salvataje bancario de 2000; la recuperación social de las rentas petroleras; el
financiamiento de la duplicación del bono de desarrollo humano destinado a los
más pobres financiados con las utilidades de los bancos privados son ejemplos
de esta desconcentración de capital. En términos estructurales, debemos estar
vigilantes que el acuerdo comercial no conlleve una reconcentración de la
acumulación en el capital transnacional y que aquella acumulación originaria
producida en esta década no sirva para generar otra acumulación, sino que
produzca reconcentración de la riqueza en donde se perpetúe el patrón de
especialización del país.
Asimismo, se ha dado
una nueva acumulación socio-ecológica originaria, sobre todo al democratizar
capacidades humanas: acceso a educación, salud, seguridad social, o al evitar
la emisión de 6,3 toneladas/año de CO2 como consecuencia del cambio en la
matriz energética, etc. No es fortuito que el promedio de vida de los
ecuatorianos haya aumentado 5.5 años.
En esta transición, así
no le guste escuchar a la izquierda autista, siempre será necesario una
acumulación importante de capital físico no especulativo que viabilice otra
acumulación: carreteras, hidroeléctricas, puertos, aeropuertos, etc.
Lo que debemos tener
claro es que en este escenario se ha producido una acumulación que no existía
antes y que la derecha se está frotando las manos para servirse la mesa puesta.
Luego que se creó una riqueza que no existía, la derecha busca concentrar los
beneficios en pocas manos en capitalistas nacionales y/o transnacionales.
Congelar el aumento del gasto social por 20 años, imponer eliminar la
obligación de garantizar la educación inicial y media que sea pública y
gratuita realizada por Temer; o la reducción de la inversión en Ciencia y
Tecnología que realizó Macri o la propuesta de Lasso de privatizar la seguridad
social para que cada “uno elija” su proveedor a nombre de la libertad (léase el
que tiene plata elija y para los demás nada) es clara evidencia de una nueva
acumulación que pretende hacer o ya lo está haciendo los grandes capitales en nuestro
continente luego de la década social ganada por los gobiernos progresistas. La
propuesta de la derecha: la apropiación de las capacidades humanas y las
instituciones de interés común. Debemos darnos cuenta que en Argentina, Brasil
–por ejemplo- la disputa por la transformación se ha vuelto muy opaca.
¿Cuál debería ser la
estrategia?
En la disputa de
constitucionalizar a la sociedad ecuatoriana se debe tener claro el sentido de
la historia que vivimos actualmente. La inserción en el mundo ya no pasa por
permitir un libre flujo de bienes y servicios. Como señalé, parece ser que el
2017 será el inicio del siglo XXI. Esa estrategia es del siglo pasado y nos
sumiría en la peor de las dependencias de la historia. Cuando en el libro hablo
de la gran transición también señalo que no se trata de una sola transición
sino de dos: la que firmamos los ecuatorianos y que está plasmada en el texto
constitucional y la que sucede a escala mundial: el transito del capitalismo
industrial al capitalismo cognitivo basados ambos en procesos de
financiarizaciónespeculativa de la economía. La nueva política comercial pasará
por el manejo de la propiedad intelectual, y la estrategia debe estar vinculada
a una inserción inteligente en los grandes circuitos de generación de conocimiento,
tecnología e innovación en el marco de las necesidades y potencialidades de
nuestros pueblos. Lamentablemente, veo muy poco debate sobre cuál es el papel
de la ciencia en la trasformación socialy cuál es la estrategia de desarrollo
tecnológico para las próximas décadas en Ecuador. Ecuador no saldrá de las
trampas de desarrollo sino plantea una estrategia clara de cómo romper la
dependencia tecnológica y cognitiva; pero tampoco saldrá adelante sino sabe
defender y conocer la biodiversidad que tiene. No es fortuito que en los
tratados mundiales se obligue a los países a poner en los códigos orgánicos
penales sanciones hasta con prisión cuando se atenta a los derechos de autor o
de propiedad, en tanto que no se diga nada cuando se roba la biodiversidad de
nuestros territorios (biopiratería). En el libro se plantea que la nueva
geopolítica ya pasa por la disputa de la relación conocimiento-biodiversidad;
es por eso, que la estrategia planteada es el bio-conocimiento para el buen
vivir de nuestros pueblos y nacionalidades. Gracias a dios tenemos petróleo
pero debemos tener claro que únicamente gracias a una acción colectiva social
deliberada podremos ser un país terciario exportador de conocimiento y
tecnología. Gracias a dios tenemos Galápagos, pero gracias a la voluntad de los
ecuatorianos nos construiremos como innopolis.
¿A qué se refiere
cuando señala el poco debate que se da sobre estos temas en el proceso
electoral?
Es muy triste ver cómo
hemos caído en la democracia de la ‘encuestología’, que para el caso de la
oposición del gobierno consiste simplemente en oponerse a todo lo que el
gobierno ha hecho según sus encuestas. No existe ninguna propuesta. No solo
eso. Si uno analiza lo que dicen los candidatos, el país quebraría en más
temprano que tarde. Ecuador no tiene política monetaria por tener el dólar, la
política comercial podrá verse cercenada por obvias razones y a su vez se
escucha en las propuesta de los candidatos que van a bajar impuestos, van a
quitar el impuesto a la salida de divisas o el del anticipo del impuesto a la
renta, etc. Cuando el gobierno puso las salvaguardias, entre otras razones,
para defender la dolarización,la derecha inmediatamente salió a atacarlo. Se
quiere garantizar derechos de calidad como en el “primer mundo”, con sistema de
impuestos del cuarto mundo: ¡inviable! De concretarse tales acciones, en poco
tiempo el Ecuador tendría que salir de la dolarización (sino varía el precio
del barril del petróleo radicalmente hacia arriba). Creo que estamos en un
debate poco serio en el campo económico en el proceso electoral.
Un punto más: se está
disputando el pasado reprimido. La derecha dice: se gastó demasiado, ahora hay
que enmendar a través del sacrificio. Es la moral punitiva, que busca inducir
el temor y resolverlo señalando a un chivo expiatorio. En todos los discursos
de oposición se anuncia un mesías negativo y se escucha el tono lastimero de
miércoles de ceniza del carnaval revolucionario.La izquierda debe seguir
disputando el futuro: la esperanza, inyectar la convicción de que es posible
que todos vivamos bien, aquí, hoy y en esta tierra llamada Ecuador. ¡Dejemos
que la esperanza venza al miedo!
¿Qué papel juegan los
medios de comunicación en esta disputa?
Los medios de
comunicación son la principal herramienta de poder usada por la derecha para
producir desencanto y desesperanza. Los noticieros, los diarios intentan
construir la sociedad del miedo, de la sospecha, de la desconfianza. Los
noticieros que más crecen en audiencia son los que más sangre presentan. A esto
se suma, las redes sociales, esta nueva esfera pública que permite a través del
anonimato (trolls) difamar sin ninguna responsabilidad pública. Las estrategias
de piramidación cuando se intenta generar la noticia de la semana son claras:
se usan los grandes medios masivos y los grandes “influenciadores” que tienen
muchos seguidores en sus cuentas de redes sociales y que no azarosamente suelen
ser periodistas de medios privados. Por eso, hoy en día uno de los principales
principios que hay que disputar en la democracia es la verdad y su defensa en
la esfera pública.
Como ciudadano
esperaría que cualquier candidato a la Presidencia de mi país siempre esté
apegado a la verdad y tenga la valentía, en caso de haberse equivocado, de
aclarar y pedir disculpas públicas por el error cometido. No que se utilice la
mentira como estrategia deliberada de ganar votos. Ese es la estrategia de una
derecha que no tiene moral. Debemos tener claro que no habrá democracia de
calidad mientras no existe ética en la política y mientras no reine la verdad
en la esfera pública.
Existe una izquierda
que señala que ha sido una década desperdiciada. ¿Qué opina?
Comparto lo señalado
por Emir Sader:para quienes ha sido una década desperdiciada es para la misma
izquierda que realiza tal afirmación. La pregunta que hace el sociólogo
brasileño es pertinente: si gobiernos como el de la Revolución Ciudadana serían
responsables por el retorno de la derechacomo suelen afirmar estos grupos,
entonces, ¿por qué esta “ultra izquierda” no se ha fortalecido, no ha
aprovechado el debilitamiento de los gobiernos progresistas y hanocupado su
lugar? Simple, porque no tiene ningunabase popular y porque sus argumentos no
han penetrado en ningún sector de la población. Esta izquierda debería aprender
que también son responsables de sus acciones o no actuaciones. Lamentablemente,
la derecha ha sido mucho más astuta y eficiente en términos políticos que esta
izquierda. No es casualidad que esta izquierda en las próximas elecciones no
tenga ningún vocero directo como candidato presidencial.Una izquierda sin
pueblo, no es izquierda. En este sentido, parece que les quedó grande el
sustantivo izquierda. ¡Sí que han desperdiciado esta década!
¿Cuál es el papel de la
política en este sentido?
Quizá tan importante
como viabilizar la disputa es que la misma transición descrita ha sido
realizada en el marco de una historia democrática y pacífica. El proceso de
reconfiguración social, al tener estas características, ha permitido recuperar
la confianza en el otro y sobre todo la capacidad de asombro ciudadano frente a
la injusticia social, lo cual ha permitido transitar de la ira de los
indignados a la esperanza ciudadana. La derecha tiene claro que la confianza,
la esperanza ciudadana y la recuperación de la política son la principal arma
que tienen los procesos progresistas para seguir avanzando. En este marco, es
vital para la derecha desencantar, desesperanzar a la ciudadanía y desmantelar
la imagen de la política como espacio para crear un orden social justo.
En este marco, es
necesario entender la acción política como medio pero también como fin del
proceso de cambio.De esa manera, la acción política debe crear un círculo
virtuoso, basado en actores que apoyen y empujen el cambio, y que el cambio que
sostienen y auspician los fortalezca. Frente a la sociedad de la desconfianza y
el miedo que busca instaurar como sentido común la derecha, uno de los
principales retos que tienen Lenin Moreno es re-seducir a la ciudadanía –como
lo está haciendo- para continuar con el espíritu esperanzador que hemos tenido
en estos 10 años, lo cual implica generar otra estética en la política.
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